Capítulos del Oseas
OSEAS
1 1Palabra del Señor que recibió Oseas, hijo de Beerí, durante los reinados de Ozías, Yotán, Acaz y Ezequías en Judá y en tiempo de Jeroboán, hijo de Joás, en Israel.
El mal amor
2Comienzan las palabras del Señor a Oseas: Dijo el Señor a Oseas:
–Ve, toma por esposa a una prostituta y ten hijos bastardos, porque el país está prostituido, alejado del Señor.
3Fue y tomó a Gomer, hija de Diblaín, que concibió y dio a luz un hijo. 4El Señor le dijo:
–Llámalo Yezrael, porque muy pronto pediré cuentas de la sangre de Yezrael a la dinastía de Jehú y pondré fin al reino de Israel. 5Aquel día romperé el arco de Israel en el valle de Yezrael.
6Ella volvió a concebir y dio a luz una hija. El Señor le dijo:
–Llámala: No-compadecida, porque ya no me compadeceré de Israel ni lo perdonaré. 7Pero de Judá me compadeceré y lo salvaré, porque soy el Señor, su Dios. No lo salvaré con arco, ni espada, ni batallas, ni caballos, ni jinetes.
8Cuando Gomer dejó de amamantar a No-compadecida, concibió y dio a luz un hijo.
9El Señor le dijo:
–Llámalo: No-pueblo-mío, porque ustedes no son mi pueblo y yo no estoy con ustedes.
Salvación
(Rom 9,26s)
2 1El número de los israelitas
llegará a ser
como la arena de la playa,
que ni se mide ni se cuenta,
y en lugar de llamarlos
No–pueblo–mío,
los llamarán Hijos del Dios viviente.
2Se reunirán israelitas con judíos
y se nombrarán un único caudillo
y resurgirán de la tierra,
porque es el día grande de Yezrael.
3Llamen a su hermano Pueblo-mío
y a su hermana Compadecida.
El buen amor: pleito y reconciliación
(Jr 2–4; Ez 16)
4Acusen a su madre, acúsenla
que ella no es mi mujer
ni yo soy su marido,
para que se quite de la cara
sus prostituciones
y sus adulterios
de entre los pechos;
5si no, la dejaré desnuda y en cueros,
como el día que nació;
la convertiré en desierto,
la transformaré en tierra árida,
la mataré de sed;
6y de sus hijos no me compadeceré,
porque son hijos bastardos.
7Sí, su madre se ha prostituido,
se ha deshonrado la que los engendró.
Ella decía: Me voy con mis amantes,
que me dan mi pan y mi agua,
mi lana y mi lino,
mi vino y mi aceite.
8Por eso, voy a llenar
su camino con espinos
y le voy a poner delante un muro
para que no encuentre sus senderos.
9Perseguirá a sus amantes
y no los alcanzará,
los buscará y no los encontrará,
y dirá: Voy a volver
con mi primer marido,
porque entonces
me iba mejor que ahora.
10Ella no comprendía
que era yo quien le daba
el trigo y el vino y el aceite,
y oro y plata en abundancia.
11Por eso le quitaré otra vez
mi trigo en su tiempo
y mi vino en su estación;
recobraré mi lana y mi lino,
con que cubría su desnudez.
12Descubriré su deshonra
ante sus amantes,
y nadie la librará de mi mano;
13pondré fin a sus alegrías, sus fiestas,
sus novilunios, sus sábados
y todas sus solemnidades.
14Arrasaré su vid y su higuera,
de los que decía: son mi paga,
me las dieron mis amantes.
Los reduciré a matorrales
y los devorarán las bestias del campo.
15Le tomaré cuentas de cuando ofrecía
incienso a los baales
y se adornaba
con su anillo y su collar
para ir con sus amantes,
olvidándose de mí
–oráculo del Señor–.
16Por tanto, mira, voy a seducirla,
la llevaré al desierto
y le hablaré al corazón.
17Allí le daré sus viñas,
y el Valle de Acor
será Paso de la Esperanza.
Allí me responderá
como en su juventud,
como cuando salió de Egipto.
18Aquel día –oráculo del Señor–
me llamarás Esposo mío,
ya no me llamarás ídolo mío.
19Le apartaré de la boca
los nombres de los baales
y sus nombres no serán invocados.
20Aquel día haré en su favor
una alianza
con los animales salvajes,
con las aves del cielo
y los reptiles de la tierra.
Arco y espada y armas
romperé en el país,
y los haré dormir tranquilos.
21Me casaré contigo para siempre,
me casaré contigo
en justicia y en derecho,
en afecto y en cariño.
22Me casaré contigo en fidelidad,
y conocerás al Señor.
23Aquel día responderé
–oráculo del Señor–,
responderé al cielo,
éste responderá a la tierra,
24la tierra responderá al trigo
y al vino y al aceite
y éstos responderán a Yezrael.
25Y me la sembraré en el país,
me compadeceré
de No-compadecida
y diré a No-pueblo-mío:
Eres mi pueblo,
y él responderá: Dios mío.
Matrimonio simbólico
3 1Me dijo el Señor: Vete otra vez,
ama a una mujer
amante de otro y adúltera,
como ama el Señor a los israelitas,
a pesar de que siguen
a dioses ajenos,
golosos de tortas de uva.
2Me la compré
por quince pesos de plata
y por una carga y media de cebada,
3y le dije:
–Muchos años vivirás conmigo;
no te prostituirás
ni estarás con hombre alguno,
ni yo estaré contigo.
4Porque muchos años
vivirán los israelitas
sin rey y sin príncipe,
sin sacrificios
y sin piedras conmemorativas,
sin imágenes ni amuletos.
5Después volverán
a buscar los israelitas
al Señor, su Dios, y a David, su rey;
temblando acudirán al Señor
y a sus bienes en un tiempo futuro.
Pleito con los sacerdotes
(Sal 50)
4 1Escuchen la Palabra del Señor,
hijos de Israel:
el Señor tiene un pleito
con los habitantes del país:
ya no hay verdad ni lealtad
ni conocimiento de Dios en el país,
2sino juramento y mentira,
asesinato y robo,
adulterio y libertinaje,
homicidio tras homicidio.
3Por eso gime el país
y desfallecen sus habitantes:
hasta los animales salvajes,
hasta las aves del cielo,
incluso los peces del mar
desaparecen.
4Aunque nadie acuse, nadie reprenda;
¡mi pleito es contigo, sacerdote!
5Tropezarás de día y contigo
tropezará el profeta de noche.
Perecerá tu patria,
6perecerá mi pueblo,
por falta de conocimiento.
Porque tú has rechazado
el conocimiento,
yo te rechazaré de mi sacerdocio;
te olvidaste de la ley de tu Dios,
también yo me olvidaré de tus hijos.
7Cuantos más son,
más pecan contra mí;
cambiaré su dignidad en ignominia.
8Se alimentan del pecado de mi pueblo
y con sus culpas matan el hambre.
9Pueblo y sacerdote
correrán la misma suerte:
les tomaré cuenta de su conducta
y les daré la paga de sus acciones.
10Comerán y no se saciarán,
fornicarán sin quedar satisfechos,
porque abandonaron al Señor
para entregarse a la fornicación.
Fornicación idolátrica
(Ez 16)
11La fornicación, el vino y el licor
quitan la razón 12a mi pueblo,
que consulta
a un pedazo de madera,
y escucha el oráculo de su poste;
porque un espíritu de fornicación
los extravía y se prostituyen
abandonando a su Dios.
13Sacrifican
en la cumbre de los montes
y queman ofrendas en las colinas,
debajo de encinas y álamos
y terebintos de agradable sombra.
Y así se prostituyen sus hijas
y adulteran sus nueras.
14No castigaré a sus hijas
por prostituirse
ni a sus nueras
por sus adulterios,
porque ellos mismos
se van con prostitutas
y sacrifican
con rameras del templo.
Así el pueblo incauto va a la ruina.
15Eres madre prostituta, Israel,
¡que no lo pague Judá!
No vayan a Guilgal,
no suban a Bet-Avén,
no juren, ¡por la vida del Señor!
16Si Israel embiste como vaca brava,
¿va ahora a apacentarlos el Señor
como a corderos en la pradera?
17Efraín se ha aliado con los ídolos,
18los príncipes de los borrachos
se han entregado a la prostitución,
sus jefes aman la deshonra.
19Un huracán la envolverá en sus alas
y sus altares los defraudarán.
Sentencia sin apelación: no vale el culto
(Jr 7,21-28: Am 5,18-27)
5 1Escuchen esto, sacerdotes;
presten atención, israelitas;
escuchen, los de la casa real:
Es contra ustedes la sentencia.
Porque fueron trampa en Mispá,
red tendida sobre el Tabor,
2y fosa cavada en Sitín.
Yo los castigaré a todos.
3Yo conozco a Efraín,
Israel no me es desconocido;
si tú, Efraín, has fornicado,
Israel está contaminado.
4Sus acciones no los dejan
convertirse a su Dios,
porque llevan dentro
un espíritu de prostitución
y no conocen al Señor.
5La arrogancia de Israel
lo acusará a la cara,
Efraín tropezará en sus delitos,
también Judá tropezará con ellos.
6Con ovejas y vacas
irán en busca del Señor,
sin encontrarlo,
porque se ha apartado de ellos;
7engañaron al Señor
y tuvieron hijos bastardos,
y ahora un intruso
les comerá sus campos.
No valen las alianzas
(Is 30,1-7; 31,1-3)
8Toquen la corneta en Gabá,
la trompeta en Ramá,
lancen el grito de guerra en Bet-Avén:
¡Que te persiguen, Benjamín!
9Efraín se espantará cuando lo acusen.
Es seguro lo que proclamo
contra las tribus de Israel.
10Los príncipes de Judá son
como los que corren
los límites de los campos,
sobre ellos derramaré
mi enojo como agua.
11Oprime Efraín, quebranta el derecho,
está empeñado en seguir la idolatría.
12Pero yo soy polilla para Efraín,
carcoma para la casa de Judá.
13Cuando vio Efraín su enfermedad
y Judá su llaga,
fue Efraín a Asiria,
mandó mensajeros al emperador,
pero él no puede sanarlos
ni sanar su herida.
14Porque yo seré león para Efraín,
leoncillo para la casa de Judá.
Yo mismo despedazaré la presa
y me iré,
la llevaré sin que nadie la salve.
15–Voy a volver a mi puesto,
hasta que reconozcan sus culpas
y acudan a mí, y en su angustia
madruguen en mi búsqueda.
Conversión auténtica
(Jr 3,22–4,4)
6 1–Vamos a volver al Señor:
él nos despedazó y nos sanará,
nos hirió
y nos vendará la herida.
2En dos días nos hará revivir,
al tercer día nos restablecerá
y viviremos en su presencia.
3Esforcémonos por conocer al Señor:
su venida es segura como la aurora;
vendrá a nosotros como la lluvia,
como aguacero
que empapa la tierra.
4–¿Qué haré contigo, Efraín:
qué haré contigo, Judá?
Su amor es nube mañanera,
rocío que se evapora al alba.
5Por eso los maté
con las palabras de mi boca,
los atravesé con mis profetas
y mi sentencia brilla como la luz.
6Porque quiero amor, no sacrificios;
conocimiento de Dios,
no holocaustos.
Llevo cuenta de sus maldades
7Ellos en la tierra
quebrantaron mi alianza,
allí me hicieron traición.
8Galaad es villa de malhechores,
con huellas de sangre.
9Como bandidos al acecho
se confabulan los sacerdotes;
asesinan camino de Siquén,
¡es una infamia lo que hacen!
10En la casa de Israel
he visto algo horrible:
allí se prostituye Efraín,
se contamina Israel.
11También para ti, Judá,
está el castigo preparado.
Cuando cambié la suerte de mi pueblo,
7 1cuando sané a Israel,
se descubría el pecado de Efraín
y las maldades de Samaría:
obraron de mala fe,
como ladrones
que se meten en las casas
o bandoleros
que asaltan en despoblado.
2Y no reflexionan que llevo cuenta
de todas sus maldades,
ya los han rodeado sus acciones,
las tengo delante de mí.
Conjuras de palacio
(1 Re 15; 2 Re 14–16)
3Divierten al rey con su maldad,
y con sus mentiras a los príncipes;
4todos arden de ira,
son como horno encendido
que deja de atizar el panadero
desde que amasa
hasta que fermenta la masa.
5En la fiesta del rey,
con la calentura del vino,
los príncipes dan la mano
a los agitadores.
6Sí, su corazón es como un horno,
su mente está tramando;
de noche se adormece su ira,
por la mañana
arde como una hoguera.
7Todos arden como un horno
y devoran a sus gobernantes.
Todos sus reyes van cayendo
sin que ni uno me invoque.
Alianzas funestas
(5,8-14)
8Efraín se mezcla con los pueblos,
Efraín es un pastel mal cocido.
9Extranjeros le han comido su vigor,
y él sin enterarse;
ya tiene los cabellos entrecanos,
y él sin enterarse.
10Su arrogancia acusa a Israel,
pero ellos no vuelven
al Señor, su Dios,
a pesar de todo no lo buscan.
11Efraín es ingenua paloma
atolondrada:
piden ayuda a Egipto,
acuden a Asiria;
12en cuanto acudan
echaré sobre ellos mi red
y los abatiré como a pájaros,
los atraparé
en cuanto escuche la bandada.
Insinceros e ingratos
13¡Ay de ellos!, que se me escaparon;
¡desgraciados!,
por rebelarse contra mí.
Yo los redimiría,
pero ellos me calumnian,
14y no me invocan de corazón,
sino que vociferan en sus camas,
son devotos de Ceres y Baco
y se apartan de mí.
15Yo adiestré, robustecí sus brazos,
y ellos planeaban el mal contra mí.
16Se volvían a su dios,
eran como arco que falla.
Caerán a espada sus príncipes
por la insolencia de sus lenguas,
por sus burlas contra Egipto.
Han roto la alianza
(Éx 32; 1 Re 12,25-33)
8 1¡Lleva a tu boca la trompeta!
Que un águila se abalanza
sobre la casa del Señor.
Porque han roto mi alianza
rebelándose contra mi ley.
2Me gritan:
Te conocemos, Dios de Israel.
3Pero Israel rechazó el bien;
que el enemigo lo persiga.
4Se nombraron reyes
sin contar conmigo,
se nombraron príncipes
sin mi aprobación.
Con su plata y su oro
se hicieron ídolos para su perdición.
5Me repugna tu novillo, Samaría,
ardo de ira contra él.
¿Cuándo lograrán la inocencia?
6Porque, ¿qué es ese toro?,
¿acaso un dios?
Un escultor lo hizo, no es dios,
se hace astillas
el novillo de Samaría.
No valen alianzas ni fortalezas
(7,8-12)
7Siembran viento
y cosechan tempestades;
los trigales no echan espiga
ni dan grano,
y si lo dieran,
lo devorarían los extranjeros.
8Han devorado a Israel,
ya es entre las naciones
un objeto sin valor.
9Porque han marchado a Asiria
como burro salvaje.
Efraín contrata su amor;
10pero, aunque lo hayan contratado
con las naciones,
yo los atraparé,
y empezarán a disminuir
por las cargas del Rey soberano.
11Porque Efraín multiplicó
sus altares para pecar,
para pecar le sirvieron sus altares.
12Aunque les dé multitud de leyes,
las consideran como de un extraño.
13Aunque inmolen víctimas en mi honor
y coman la carne,
al Señor no le agradan.
Tiene presentes sus culpas
y castigará sus pecados:
tendrán que volver a Egipto.
14Israel olvidó a su Hacedor
y construyó palacios,
Judá fortificó muchas ciudades;
pero yo prenderé fuego
a sus ciudades
y devoraré sus fortificaciones.
Cultos de fertilidad: ni pan ni vino
9 1No te alegres, Israel,
no te regocijes como los paganos,
porque te has prostituido
abandonando a tu Dios.
Vendiste tu amor
en todos los campos de trigo;
2pero el campo y la bodega
no los alimentarán,
el vino les fallará.
3No habitarán en la tierra del Señor,
Efraín volverá a Egipto,
en Asiria comerán manjar impuro.
4No harán libaciones de vino al Señor
ni le ofrecerán sus sacrificios;
serán para ellos pan de duelo,
se contaminarán quienes lo coman.
Su pan les quitará el hambre,
pero no entrará en la casa del Señor.
5¿Qué harán el día de la solemnidad,
el día de la fiesta del Señor?
6Porque si escapan de la catástrofe,
Egipto los recogerá,
Menfis los enterrará;
las ortigas heredarán
su codiciada plata
y los cardos crecerán en sus tiendas.
7Llega la hora de la cuenta,
llega la hora de la paga,
–que se entere Israel–,
por tu gran culpa,
por tu gran subversión.
El profeta es un loco,
el hombre inspirado delira.
8El vidente de Efraín profetiza
sin contar con su Dios;
es trampa de ladrón
en sus caminos,
subversión en la casa de Dios.
9Se han corrompido profundamente,
como en los días de Gabá,
pero él tiene presente su culpa,
castigará su pecado.
Poemas breves
Uva en el desierto
10Como uvas en el desierto
encontré a Israel,
como higos tempranos en la higuera
descubrí a sus padres.
Pero ellos fueron a Baal-Fegor,
se consagraron a la Ignominia
y se hicieron tan odiosos
como el objeto de su amor.
11Como pájaro emigra
la gloria de Efraín:
no habrá parto
ni embarazo ni concepción;
12aunque críen a sus hijos,
los dejaré sin descendencia,
porque, ¡ay de ellos!,
cuando de ellos me aparte.
13Efraín...
Efraín entrega a sus hijos al verdugo.
14Dales, Señor; ¿qué vas a darles?
Dales vientres estériles
y pechos secos.
15Su maldad arranca de Guilgal:
allí lo aborrecía;
por la maldad de sus acciones
los eché de mi casa,
no volveré a quererlos,
todos sus jefes son rebeldes.
16Herido está Efraín,
su raíz está seca, no da fruto;
aunque den a luz,
mataré al amor de sus entrañas.
17Mi Dios los rechazará
por su desobediencia
y andarán errantes por las naciones.
En la tierra: vid frondosa
(Is 5,1-7; Ez 15; Sal 80)
10 1Israel era vid frondosa,
daba fruto:
cuanto más fruto, más altares;
cuanto mejor iba el país,
mejores piedras conmemorativas.
2Tienen el corazón dividido,
y han de pagarlo;
él destrozará sus altares,
arrasará
sus piedras conmemorativas.
3Sí, ya pueden decir:
No tenemos rey,
no respetamos al Señor;
el rey, ¿qué puede hacernos?
4Hablan y hablan, juran en falso,
firman alianzas;
florecen los pleitos como la cizaña
en los surcos del campo.
5Los vecinos de Samaría tiemblan
por el novillo de Bet-Avén,
el pueblo y los sacerdotes
hacen duelo a su dios,
se revuelcan porque su gloria
ha marchado al destierro:
6se la llevan a Asiria
como tributo a su dios.
La vergüenza se adueña de Efraín,
Israel se avergüenza de su plan.
7Samaría y su rey desaparecen
como astillas que se lleva el agua.
8Son destruidos los lugares altos
idolátricos,
el pecado de Israel.
Cardos y abrojos
crecen en sus altares,
gritan a los montes: ¡Cúbrannos!,
y a los cerros:
¡Caigan sobre nosotros!
9Del tiempo de Gabá
arranca el pecado de Israel;
allí me hicieron frente;
¿no los sorprenderá
en Gabá la guerra
contra los hijos de la injusticia?
10He venido para aprisionarlos,
los pueblos se reunirán contra ellos,
aprisionándolos por su doble culpa.
11Efraín es una novilla domesticada
que trilla con gusto;
pero yo echaré el yugo
a su hermoso pescuezo,
engancharé a Efraín para que are,
a Jacob para que labre la tierra.
12Siembren según justicia,
cosechen con lealtad,
labren el campo nuevo,
que están a tiempo de buscar al Señor,
hasta que venga
y les dé la lluvia conveniente.
13Araron maldad,
cosecharon crímenes,
comieron el fruto de la mentira.
Por confiar en tu poder,
en la multitud de tus soldados,
14clamor de guerra
se alzará contra tu pueblo;
tus fortalezas serán arrasadas,
como arrasó Salmón a Bet-Arbel;
cuando la batalla,
estrellaron a la madre con los hijos.
15Así harán con ustedes, Betel,
por su maldad consumada.
Al amanecer desaparecerá
el rey de Israel.
La niñez de Israel
11 1Cuando Israel era niño, lo amé,
y desde Egipto llamé a mi hijo.
2Cuanto más los llamaba,
más se alejaban de mí:
ofrecían sacrificios a los Baales
y quemaban ofrendas a los ídolos.
3Yo enseñé a andar a Efraín
y lo llevé en mis brazos,
y ellos sin darse cuenta
de que yo los cuidaba.
4Con correas de amor los atraía,
con cuerdas de cariño.
Fui para ellos como quien alza
una criatura a las mejillas;
me inclinaba y les daba de comer.
5Pero volverá a Egipto,
asirio será su rey,
porque no quisieron convertirse.
6Irá girando la espada
por sus ciudades
y destruirá sus cerrojos;
por sus maquinaciones
devorará 7a mi pueblo,
aferrado a la infidelidad.
Aunque invoquen a su Dios,
tampoco los levantará.
8¿Cómo podré dejarte, Efraín;
entregarte a ti, Israel?
¿Cómo dejarte como a Admá;
tratarte como a Seboín?
Me da un vuelco el corazón,
se me conmueven las entrañas.
9No ejecutaré mi condena,
no volveré a destruir a Efraín;
que soy Dios y no hombre,
el Santo en medio de ti
y no enemigo destructor.
10Irán detrás del Señor,
que rugirá como león;
sí, rugirá y vendrán temblando
sus hijos desde occidente,
11desde Egipto vendrán
temblando como pájaros,
desde Asiria como palomas,
y los haré habitar en sus casas
–oráculo del Señor–.
12 1Efraín me rodea de mentiras,
y de engaños la casa de Israel
Judá es el rebaño,
el pueblo del Señor
se mantiene fiel al Santo.
2Efraín se apacienta de viento,
va detrás del viento del este todo el día,
multiplica la mentira y la violencia.
Hace alianza con Asiria,
envía aceite a Egipto.
Jacob, adulto
(Gn 25,26; 32,26-32)
3El Señor entabla pleito con Israel
para tomar cuenta a Jacob
de su conducta,
para darle la paga de sus acciones.
4En el vientre suplantó a su hermano,
5siendo adulto luchó contra Dios,
luchó con un ángel y lo venció.
Lloró y alcanzó misericordia;
en Betel lo encontró
y allí habló con él:
6El Señor, Dios Todopoderoso,
su Nombre es El Señor.
7Y tú, conviértete a tu Dios,
practica la lealtad y la justicia,
espera siempre en tu Dios.
8Canaán maneja balanza falsa,
le gusta estafar.
9Efraín dice: Ya soy rico,
he juntado una fortuna;
pero sus ganancias no le llegarán
por la culpa que cometió.
10Yo soy el Señor,
Dios tuyo desde Egipto;
otra vez te haré habitar en tiendas,
como en los días del encuentro.
11Yo hablé por los profetas,
yo multipliqué las visiones
y hablé por los profetas en
parábolas.
12.........................................................
en Guilgal sacrificaban al Toro
y sus altares eran
como montones de piedras
en los surcos del campo.
13Jacob huyó al campo de Siria,
Israel se puso a trabajar por una mujer,
por una mujer guardó ganado.
14Por medio de un profeta,
el Señor sacó a Israel de Egipto
y por un profeta lo guardó.
15Efraín lo irritó amargamente:
el Señor descargará sobre él
sus crímenes
y le devolverá su injuria.
Síntesis histórica
13 1Efraín hablaba e imponía,
la autoridad estaba en Israel;
pero se hizo culpable de idolatría
y murió.
2Y ahora continúan pecando:
se funden imágenes,
se hacen ídolos de plata
con destreza,
obras de pura artesanía.
En su honor inmolan corderos,
les dan a beber sangre de novillos.
3Por eso serán nube matutina,
rocío que al alba se evapora,
paja arrebatada por el viento,
humo por la chimenea.
4Pero yo soy el Señor,
Dios tuyo desde Egipto,
no conocías a otro dios más que a mí,
ningún salvador fuera de mí.
5Yo te conocí en el desierto,
en tierra abrasadora.
6Yo los apacenté y se hartaron,
se hartaron
y se enorgulleció su corazón,
y así se olvidaron de mí.
7Seré para ellos como leopardo,
los acecharé
como pantera en el camino,
8los asaltaré como una osa
a quien roban las crías
y les desgarraré el pecho;
allí los devoraré como un león,
las fieras los descuartizarán.
9Si yo destruyo, Israel,
¿quién te auxiliará?,
10¿dónde está tu rey para salvarte?,
¿y los alcaldes de tus ciudades?
Tú me los pediste:
Dame rey y príncipes.
11Airado te di un rey,
y encolerizado te lo quito.
12La culpa de Efraín está registrada,
está archivado su pecado.
13Cuando su madre
estaba con dolores,
fue criatura torpe,
que no se puso a tiempo
en posición para salir del vientre.
14¿Los libraré del poder del abismo,
los rescataré de la muerte?
¡Qué plagas las tuyas, oh muerte,
qué pestes las del abismo!
El consuelo se aparta de mi vista.
15Aunque fructifique entre cañaverales,
vendrá viento del este,
viento del Señor,
subiendo del desierto,
y secará su fuente,
agotará su manantial;
se llevará sus tesoros,
sus enseres preciosos.
14 1Samaría pagará la culpa
de rebelarse contra su Dios:
los pasarán a cuchillo,
estrellarán a las criaturas,
abrirán el vientre de las embarazadas.
Conversión
(Jr 3,14-22)
2Conviértete, Israel, al Señor, tu Dios,
que tropezaste en tu culpa.
3Preparen su discurso
y conviértanse al Señor; díganle:
Perdona del todo nuestra culpa;
acepta el don que te ofrecemos,
el fruto de nuestros labios.
4Asiria no nos salvará,
no montaremos a caballo;
no volveremos a llamar dios nuestro
a las obras de nuestras manos;
en ti encuentra compasión
el huérfano.
5Sanaré su infidelidad,
los querré sin que lo merezcan,
mi cólera ya se ha apartado de ellos.
6Seré rocío para Israel:
florecerá como azucena
y arraigará como álamo;
7echará brotes,
tendrá el esplendor del olivo
y el aroma del Líbano;
8volverán a morar a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la vid,
serán famosos
como el vino del Líbano.
9Efraín, ¿qué tengo yo que ver
con las imágenes?
Yo contesto y miro.
Yo soy abeto frondoso:
de mí proceden tus frutos.
Epílogo
10Quien sea sabio que lo entienda,
quien sea inteligente
que lo comprenda.
Los caminos del Señor son rectos,
por ellos caminan los justos,
en ellos tropiezan los pecadores.